Nervio Periférico
El nervio periférico es un elemento biológico fundamental que pone en contacto al sistema nervioso central con su medio ambiente y, por ello, su papel es clave en la supervivencia del individuo. Gracias a los nervios periféricos tenemos la capacidad de captar los estímulos sensoriales, tanto externos como internos y, también, podemos movernos voluntariamente o reaccionar de manera refleja para protegernos frente a las amenazas que nos rodean. Sin los nervios periféricos no podríamos experimentar el dolor, pero tampoco el placer; no podríamos tener movimientos reflejos protectores, ni movilizarnos voluntariamente. Seríamos unos prisioneros en el interior del cuerpo, sin capacidad de aprendizaje ni de adaptación para la supervivencia, condenados a la rápida desaparición de nuestra especie.
El sistema nervioso periférico comprende todos los nervios que se ramifican desde el cerebro y la médula espinal hacia otras partes del cuerpo. Incluye los nervios craneales, los nervios espinales, los nervios periféricos y las uniones neuromusculares. Los nervios son cordones de sustancia blanca que se ramifican en axones y/o dendritas. Éstos trasmiten información sensorial y motora desde el cerebro hacia la periferia y en sentido inverso. Por otro lado, los ganglios están formados por grupos de neuronas; y se encuentran fuera del encéfalo y de la médula espinal. La función principal del sistema nervioso periférico es conectar al sistema nervioso central con los órganos, extremidades y la piel.